Sistemas lamarckianos y azar.
Por Lorenzo Hernández • 2 Sep, 2007 • Sección: El año de Darwin, Hablar de CienciaHay mucha gente que al preguntarle por el proceso de evolución responden con al idea lamarckiana, es decir, sosteniendo que las “circunstancias” introducían cambios en los seres vivos, y que estos nuevos caracteres adquiridos se mantenían en la descendencia, esto es, que eran hereditarios. Como se dice popularmente: “la función hace el órgano”. Por ejemplo, si desarrollo mucho un brazo y el otro no, el primero se desarrollará y ese carácter pasará a la descendencia mientras que el otro se degenerará.
Hoy sabemos que no es así, sino que la evolución , o la forma en que han llegado a producirse todas las especies, es mediante el proceso denominado selección natural, en el que las mutaciones, producidas al azar, y el entorno desempeñan un papel central. Claro que lo sabemos gracias a que dos grandísimos científicos como Darwin y Wallace nos lo demostraron anulando la teoría de Lamarck. Pero es razonable que tengamos la tendencia de pensar como él porque, aunque la biología actual no apoya sus ideas, hay sistemas como la evolución cultural que funcionan de este modo. La evolución cultural funciona, a veces, de modo lamarckiano y evoluciona rápidamente porque opera mediante la herencia de los caracteres adquiridos. Lo que aprendemos nosotros de nuestros padres: la educación, el comportamiento, la tradición familiar, los miedos, los valores, hábitos, etc, los adquiramos y directamente los pasamos a la siguiente generación aportando además otros nuevos. No necesitamos un golpe de azar para poder enseñar a nuestra descendencia la importancia del Arte, la Música o la Ciencia. Son caracteres que adquirimos, desarrollamos y transmitimos a la siguiente generación.
Quisiera matizar cómo funciona el azar en la evolución. Hay muchos, sobre todo creacionistas, que utilizan el conocido Teorema de los infinitos monos. Esta idea fue originada por Émile Borel, en 1913, en su libro Mécanique Statistique et Irréversibilité. Hay varias versiones, una de ellas es: con suficiente tiempo, un chimpancé escribiendo al azar podría escribir cualquier obra de Shakespeare. Esta metáfora no la podemos utilizar para la evolución tal como está planteada. La evolución no funciona como un lanzamiento de dados o monedas. Realmente sería muy, pero que muy improbable que debido al azar un mono escribiera una obra de Shakespeare. Pero vemoslo de otra manera.
Pensemos que un chipacé por azar tiene que escribir : «La evolución de las especies. Charles Darwin». Si empezara a escribir, la probabilidad de que escribiera esta secuencia sería casi nula. Pero supongamos que hay varias máquinas de escribir de modo que en la primera hay una letra por cada tecla. En la segunda una palabra por cada tecla y en una tercera una frase por cada tecla. De este modo, cuando el mono escribiera, por puro azar, «La» en la primara máquina, es palabra apareciera en la segunda máquina de escribir correspondiendo a una tecla. Cuando escribiera «evolución», ocurriría lo mismo. Cuando hubiera escrito todas las palabras pasaría a la segunda máquina y empezaría a escribir. Cuando escribiera la frase completa, pasaría a la tercera máquina, y así sucesivamente. De este modo la probabilidad de que escribiera Romeo y Julieta, sería aún muy baja, pero mucho mayor que al principio.
Así es como funciona la evolución. Cuando, al azar, surge una mutación que es útil, se conserva y pasa a la siguiente generación. Con este proceso de preservar lo bueno y lo útil, como hacemos todos en nuestra vida diaria, han aparecido todas las especies que hoy viven, han vivido y vivirán en este pequeño planeta lejos de todo.
Sistemas ‘lamarckianos’ y azar
"Hay mucha gente que al preguntarle por el proceso de evolución responden con al idea ‘lamarckiana’, es decir, sosteniendo que las â??circunstanciasâ? introducÃan cambios en los seres vivos, y que estos nuevos caracteres adquiridos se mantenÃ…
muy interesante tu planteamiento, me aclaraste varias dudas
Gracias.
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