Entrevista con los grandes genios de la ciencia.
Por Lorenzo Hernández • 30 Abr, 2009 • Sección: Textos OriginalesImagínense que tuviéramos la oportunidad de entrevistar a los más grandes genios de la ciencia y le preguntáramos cómo han creado, aprendido, entendido, cómo solucionaron sus problemas antes de descubrir su gran hallazgo o cuál es el mejor método para el descubrimiento. Asomarse a la historia de «los genios» nos permite descubrir rasgos indispensables del ejercicio intelectual. Si nos asomamos al quehacer de los científicos, a su propia experiencia de descubrimiento, podremos animarnos y lanzarnos a la aventura de la inteligencia.
Como veremos, en las respuestas de nuestros entrevistados el acto de aprender o comprender no resulta tan lineal ni tan lógico como a posteriori leemos en los artículos de investigación. En estos últimos sólo se describe los triunfos y no las múltiples caídas. Seguramente aprenderíamos más de las caídas que de los triunfos pero el artículo final sería mucho más extenso. Así, veamos qué responderían estos grandes genios a las preguntas propuestas.
Entrevistador (E): El acto de la comprensión en cualquier disciplina y actividad, ¿está acompañada de sentimientos intensos como cualquier acto creativo?
Poincaré: Crear consiste en hacer combinaciones y examinar sólo las útiles, que son una minoría. Inventar es elegir y elegimos las ideas que, directa o indirectamente afectan más profundamente a nuestra sensibilidad emocional. Sorprenderá ver invocada la sensibilidad a propósito de demostraciones matemáticas que, al parecer sólo importan al intelecto. Pero es olvida el sentimiento de belleza matemática, la armonía de número y formas, la elegancia geométrica. Hay un verdadero sentimiento estético que todo matemático conoce y, sin duda, pertenece al dominio de la sensibilidad emocional. Parece perogrullada decir que el elemento afectivo es esencial para el descubrimiento. Tanto como decir que ningún descubrimiento significativo puede ocurrir sin el deseo de lograrlo»
E: En nuestro quehacer diario hay intuiciones subjetivas, prejuicios y preconcepciones personales. El aprendizaje, sea del Científico, sea del estudiante de ciencias, ¿implica muchas veces reconstrucciones?
Arthur Koestler (novelista, ensayista, historiador, periodista, activista político y filósofo social húngaro): Separar un objeto o concepto de sus habituales relaciones de asociación, verlo en una nueva relación es una parte esencial del proceso creador. Es un acto de creación y destrucción. Exige la ruptura de un hábito mental. Esto explica la extraña combinación de escepticismo y credulidad en el genio creador. Desintegración y síntesis semejante a la noche oscura del alma del místico.
E: Señor Planck ¿cómo encontró solución al problema de la radiación del cuerpo negro?
Planck: En breve puedo describir mis acciones como un acto de desesperación. Por naturaleza soy pacífico y no me gustan las aventuras dudosas… pero seis años completos, a partir de 1894, luché sin éxito con los problemas del equilibrio entre la radiación y la materia.
E: La experiencia de aprendizaje no se da entre cerebros. Se da entre personas en su totalidad, de aquí que convenga emplear el mayor número de canales de comunicación para garantizar la comprensión, ¿qué opina usted señor Maxwel?
James Clerk Maxwell: No hay método más poderoso para introducir conocimiento en la mente que presentarlo de cuantas maneras diferentes se pueda. Cuando las ideas, después de penetrar por diferentes entradas, se reúnen en la ciudadela de la mente, la posición que ocupan se torna inexpugnable.
E: Señor Helmholtz, usted que tiene más de 90 publicaciones fundamentales en óptica, fisiología, electrodinámica, termodinámica, matemáticas, meteorología y acústica, ¿qué nos puede decir acerca de su quehacer?:
Helmholtz: El orgullo que experimenté por mis resultados se vió muy disminuido al constatar que había alcanzado el éxito sólo por el camino de generalizaciones crecientes de casos favorables; por una serie de felices conjeturas después de numerosos fracasos. Actuaba como un montañista que, desconociendo la ruta, debe escalar lenta y laboriosamente; muchas veces debe descender porque halla un obstáculo; otras descubre nuevos pasos por accidente o por deducción. Finalmente, cuando alcanza la cima, encuentra con desconcierto que hay una carretera que le habría permitido llegar fácilmente si hubiera sido suficientemente listo como para hallar su inicio. En mis publicaciones, por supuesto, no menciono mi curso errático, sólo el camino por el cual el lector puede subir sin trabajo.
E: Otto Frisch investigó la fisión del átomo con Bohr y Stern. Sr. Frisch ¿qué nos puede decir acerca de su método de trabajo?
Otto Frisch: Por lo general me pasaba horas y horas en el instituto ensayando ideas de mi propia cosecha. Casi ninguna de ellas funcionaba; pero así es como se aprende.
E: Señor Einstein, ¿escribió usted a Max Born la frase «Contra las metidas de pata sólo puede la muerte»?
Einstein: Efectivamente. En los seminarios que impartí llegaba inmediatamente al lado flaco de las hipótesis propuestas por los estudiantes. Cuando me felicitaban por mi perspicacia respondia: Mire usted, hago trampa. Todas esas hipótesis que proponen las conozco ya ¡les de hado cien vueltas! así que sé exactamente de qué pie cojean.
E: Estimado Evaristo Galois, ¿qué opina usted de todo lo que estamos tratando?
Evaristo Galois: Infortunadamente casi nadie comprende que los libros más preciosos e instructivos son aquéllos en que el autor enuncia claramente qué es lo que ignora; porque un autor perjudica gravemente a su lector si oculta una dificultad.
E: Estoy de acuerdo en todo lo que dicen. ¿Cómo esperamos despertar la curiosidad presentando todo en perfecta coherencia y consistencia? Si el orden satisface a la razón, el desorden hace las delicias de la imaginación.
Niels Bohr: exacto, yo repliqué una vez a un colega: «¡No, no y no! Tú no estás pensando. ¡Sólo estás usando la lógica!
James Clerk Maxwell: Sólo cuando intentamos poner en contacto la parte teórica de nuestra preparación con la práctica es cuando comenzamos a experimentar el pleno efecto de la inercia mental. No es sólo la dificultad de reconocer entre los objetos concretos la relación abstracta que hemos aprendido en los libros, sino el dolor perturbador de arrancar la mente de los símbolos hacia los objetos y de éstos otra vez a los símbolos. Con todo, éste es el precio que tenemos que pagar por las nuevas ideas.
E: Podría pensarse que sólo los científicos se enfrentan a las dificultades de la ausencia de ideas. Pero hemos invitado también a Jorge Maronna, integrante del grupo de humoristas-músicos Les Luthiers, para que de su opinión.
Jorge Maronna: Es horrible. Terminar una canción que se canta en dos minutos nos toma meses de una labor muchas veces tediosa. A veces nos reímos mucho al inventar alguna novedad; pero son muchos más los momentos que pasamos pensando trabajosa e inútilmente en algún chiste. Son horas y horas en las que no aparece nada. Pero nada de nada.
E: Y también tenemos de invitado al fantástico artista Mauricio Cornelio Escher, ¿qué nos puede decir?
Escher: Mis juegos son juegos, juegos serios. Mientras dibujo me siento a veces como si fuera un médium controlado por las creaturas que estoy conjurando. Es como si ellas mismas decidiesen el aspecto en el que prefieren aparecer. La frontera entre dos figuras adyacentes tiene una función doble y su trazado es un asusnto complicado. A cada lado de la frontera toma forma simultáneamente un ser reconocible. Pero el ojo y la mente no pueden ocuparse de dos cosas al mismo tiempo y por lo tanto tienen que saltar rápida y continuamente de un lado a otro. Quizás sea esa dificultad el verdadero motor de mi perseverancia.
Jean Perrin (fisico-químico francés): Estoy de acuerdo con todo lo que dicen. En el libro «Principios de físico-química» empiezo diciendo: «Quien ha reconocido claramente que una frase puede, mediante el análisis, resultar vacía de sentido, sin ningún fundamento, aun cuando sonaba bien y producía gran efecto mientras permanecía en la vaguedad, será difícilmente engañado por las palabras, y rehusará someter su conducta al arbitrio de convenciones, aun cuando tengan el peso de la autoridad o de la tradición».
E: Separar un objeto o concepto de sus relaciones y su contexto habitual es lo esencial del proceso creador. Es, como señala Escher, ocuparse de dos cosas al mismo tiempo: crear y destruir. Esta ruptura de un hábito mental crea un estado de desasosiego sólo soportable por la confianza en superarlo. Si alguien no piensa que puede resolver un problema ni siquiera se lo plantea, ¿no creen?
Gracias a todos.
Adpatación del artículo «Enseñar a pensar«. Educación Química, revista de la Fac. de Química de la UNAM.

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