¿Por qué no creo en los horóscopos y sí en posibles universos paralelos?
Por Lorenzo Hernández • 25 Oct, 2010 • Sección: Hablar de CienciaLa respuesta es obvia para los que tenemos alguna formación o cultura científica pero no está de más reflexionar sobre ello.
¿Por qué creo que los agujeros negros podrían ser entradas a otro Universo, en la posibilidad de que haya un número infinito de Universos, que un electrón y quizás átomos enteros pueden estar en dos sitios a la vez (como predice la física cuántica), que el tiempo es relativo, que podría haber vida microbiana en Marte, o que existe algo llamado energía y materia oscura, y no creo en la astrología, en medicinas alternativas, en fantasmas, en la reencarnación o en los ovnis?
¿Por qué los que estudian lo primero, los científicos, están considerados personas muy inteligentes y les dan el Premio Nobel, y a los segundos se les consideran unos charlatanes? ¿No es igual de raro creer que el Universo está formado por incontables y diminutos hilos que vibran y forman la materia (cuerdas) que creer que las mentes se pueden conectar entre ellas?
¿Cómo separar lo racional de lo absurdo?
La respuesta a estas preguntas lleva hasta el corazón de lo que es la ciencia.
En primer lugar, la ciencia no rechaza determinadas creencias por parecer demasiadas excéntricas (¿hay algo más excéntrico que pensar que algo puede estar en dos sitios a la vez?), sino porque se han examinado mediante experimentos y presentan deficiencias. En ciencia, cuando alguien tiene una idea, se debe comprobar si es cierta. Aunque no basta con esto, hay que demostrarle al resto del mundo lo que se ha hecho para que se pueda repetir el experimento y obtener así los mismos resultados.
Otra diferencia entre los que trabajan en la teoría de cuerdas o la energía oscura con respecto a los futurólogos, por ejemplo, es que, además de ser realmente personas de una gran inteligencia y una alta formación (frente a la poca formación de los que hacen pseudociencia), someten sus descubrimientos a reputadas revistas donde los revisores hacen trizas sus trabajos sin ninguna compasión e intentan encontrar fallos y cualquier prueba de error o fraude. Sus presentimientos, hipótesis y teorías se pueden comprobar (son falibles), y sus experimentos, repetir. En definitiva, son fieles al modo de trabajar de la ciencia.
Pero ocurre una cosa. Hay fenómenos que podemos comprobar con instrumentos y materiales sencillos. Por ejemplo, podemos demostrar que los objetos caen de forma acelerada solamente con un cronómetro y un plano inclinado; podemos demostrar que la luz viaja en línea recta o que el sonido no se propaga en el vacío. Pero llega un momento en que los propios descubrimientos científicos son tan difíciles de comprobar (por la tecnología necesaria) que se convierten en creencia o, mejor dicho, en confianza o credibilidad. Uno puede explicar y demostrar, usando las matemáticas o la geometría, que conforme un cuerpo aumenta su velocidad el tiempo se ralentiza. Pero, ¿cómo demostrárselo a tu abuela?
«No entiendes realmente algo a menos que seas capaz de explicárselo a tu abuela.» A. Einstein.
No queda otra que decir que unos científicos lo demostraron tal año de tal modo.
En 1971, J. C. Hafele y R. Keating, subieron varios relojes atómicos de cesio a bordo de aviones comerciales durante más de 40 horas y se comparó la lectura de estos con otro idéntico en Tierra sincronizado con el primero. El avión despegó e hizo un largo viaje, y aterrizó en el mismo punto de salida. Al comparar los dos relojes atómicos después del viaje, el del avión y el de la Tierra, ya no estaban sincronizados. El reloj atómico que había volado estaba ligeramente retrasado (muy ligeramente pero medible con dichos relojes, la diferencia de tiempos era de unas pocas centésimas de milésima de millonésima de segundo).
Entonces, ¿por qué debemos de creer que dicho fenómeno es cierto? ¿No se transforma en un «acto de fe» o de confianza en dichos científicos? En cierto modo sí. Pero no confianza en esos científicos, sino en el método que han usado para llegar a esa conclusión. Quizá el único “acto de fe” que debe tener un científico es en el propio método que utiliza para describir la realidad.
Pero, ¿cómo demostrarle a alguien que el método usado funciona? Que mejor que sea él mismo el que lo use. Por eso es tan importante que al enseñar ciencias se realicen experiencias donde el que aprende pueda discernir entre lo que es cierto o no. Si un alumno usa la experimentación como método para explicar lo que está ocurriendo y el científico usa el mismo método, dicho alumno dará un salto cualitativo: pasará, de tener confianza ciega en el científico, a pensar que si a él le ha funcionado y el científico usa el mismo método, sus resultados deben ser, al menos, considerados. Y si el alumno comprueba que el uso de las matemáticas le sirve para descirbir la realidad física, también podrá el científico, usando las matemáticas, describir cierta realidad.
Tanto el alumno como el científico usan la misma herramineta o lenguaje, las matemáticas, y el mismo método, la exprimentación. Tan sólo se diferencian en la compejidad de lo que uno y otro pueden estudiar.
Además, está el hecho irrevocable de que históricamente la ciencia más avanzada en su mayor parte resulta ser cierta mientras que las pseudociencias no (por mucho que pase el tiempo). Que un reloj de bolsillo se retrase en un avión es algo que podemos medir con gran exactitud mientras que el cambio de personalidad debido a la posición de Neptuno, no.
Y, por último, como indiqué en otro post (los saltos tecnológicos son hechos incontestables), aunque la ciencia pueda no llegar nunca a conocer la realidad tal como es, uno de los mayores éxitos que tienen las teoría científicas es que se convierten en tecnología.
Quizá, una buena manera de distinguir la ciencia de la astrología, la magia o la parapsicología, sea a través de los aspectos prácticos, los denominados saltos tecnológicos, ya que los descubrimientos y teorías falsas no permiten aplicaciones prácticas.
¡Me quito el sombrero! Un artículo estupendo, y en clave totalmente divulgativa. Precisamente he comentado yo en ocasiones en mi blog que una asignatura pendiente de la divulgación es la metodología.
Enhorabuena, me ha encantado el post, y tu blog es genial! Voy a seguirlo a menudo!
Un saludo
Muchas gracias. Como autor de un blog que eres sabrás lo que animan estas palabras.
Te espero por aquí a menudo.
Saludos.
[…] ¿Por qué no creo en los horóscopos y sí en posibles universos paralelos? http://www.cienciaonline.com/2010/10/25/%C2%BFpor-que-no-creo-en… por chechin hace 5 segundos […]
Hola, soy Víctor
Un comentario, ya que te basas en hechos, lo que haces al decir que crees en posibles universos paralelos es un acto de fe porque aún no hay hechos que lo comprueben,
Saludos
Hola Victor. Los posibles universos paralelos son soluciones matemáticas a las torías de expansión del universo (puedes ver este vídeo que trata de eso http://www.youtube.com/watch?v=KGWRqjpu9Q0&feature=related)
Realmente digo creencia pero no es realmente eso. Más bien se trata en confianza en las soluciones matemáticas. Pero todo esto es teórico porque aún no hemos detectado empíricamente otro universo (hubiera salido en el telediario ¿no?)
Hay mucha física teórica desarrollada que aún no está comprobada y que parece ciencia ficción pero, como hemos ido demostrando a lo largo de la historia, las matemáticas describen la realidad física y por lo tanto ¿por qué la matemática que describe los universoso paralelos no puede ser verdadera? Hoy día es pura teoría pero la relatividad de Einstein también, al principio, fue pura teoría que luego, poco a poco, se fue demostrando, y esta ley la que describe nuestro univeros tal y como lo concebimos hoy día. Y comprobamos cosas que parecían ciencia ficción como que es posible viajar al futuro solamente aumentando nuestra velocidad.
Saludos.
Yo como siempre hablando de otras cosas.
Pero hay una cosa que me ha hecho mucha gracia y seguro que a más de uno. El caso es que si alguien de tus lectores ven la seria The Big Bang Theory sabrán que Sheldon se pasa toda la serie intentando demostrar que la teoria de cuedas es realidad en contra de todos los demás personajes que defienden otras teorías, como la de los agujeros negros. Y le atacan sin piedad llegando casi a ridicularizarle. Me hace gracias que hayas mencionado los 2.
Sobre este tema, me parece todo respetable. No creo en los horoscopos, pero confío en todo lo que me ha enseñado mi madre y ella cree en ellos. Es como confiar más en un médico que un curandero. Tal vez los dos métodos sean correctos, pero está claro que el médico tiene una titulación y ha pasado una serie de pruebas que le acreditan en su trabajo [aunque haya copiado, pero ese es otro tema], mientras que el curandero no. Aunque el curandero cure o sepa más que el médico. O auque el mejor curandero es siempre mejor que el peor de los médicos.
«Pero confio en todo lo que me ha enseñado mi madre». Ahí está la cuestión. Se trata de un tema de credibilidad ¿Y si te dijera lo mismo el hijo dle vecino? ¿le creerías? La credibilidad no es una cosa que uno tiene sino que le dan. Pero hay una diferencia entre los curanderos y los médicos. Los primeros son charlatanes porque nada de lo que hacen se puede reproducir ni comprobar que es cierto o no. Tan sólo, al menos yo, sabemos de ellos por habladurias de la gente. Uno usa el método de trabajar de la ciencia y el otro no.
La cuestión no es que crea en posibles universos paralelos como si creo en el ratoncito perez. «Creo» o «puedo creer» porque hay soluciones matemáticas que llevan a esa posible solución, existe una ciencia teórica que predice dicho resultado.
No se trata en creer o no en la teoría de cuerdad, sino que dicha teoría quiza sea la única capaz de explicar algunas de las propiedades más fundamentales de la naturaleza en términos geométricos. Lo que ocurre es que los físicos que han trabajado en ese campo hasta la fecha no han podido hacer predicciones concretas con la precisión necesaria para confrontarlas con datos experimentales. Y ahí está uno de los problemas. En ciencia hay que comprobar experimentalmente. Pero a la teoría de supercuerdas se ha llegado a través de las matemáticas y del pensamiento científico y esa es la diferencia. Hoy día es fantasía, sí, pero fantasía matemática por llamarlo de alguna manera.
Los dos métodos no son correctos porque uno se revisa y se reproduce continuamente y el otro no. ¡Que hay curanderos que dicen que pueden curar el cáncer! Además uno de ellos nos ha dado progreso y el otro…mejor me callo.
El increíble CptSpiff ¡cuánto tiempo sin hablar contigo! Me alegro de leerte.
Ojo, que últimamente los premios Nobel se los dan también a charlatanes, si no vean los Premios Nobel de la Paz de los 2 últimos años
La ciencia es el modo de ver la realidad con la menor ideología posible, entendiendo ideología como conocimeintos previos de lo que se va a estudiar, es decir, de la forma más objetiva. Conforme aumentamos la complejidad de lo que se estudia: biología, psicología, sociología, etc., la ideología es mayor y por tanto el resultado del estudio es más subjetivo.
El premio Nobel de la Paz está lleno de ideología, ya que depende de distintos puntos de vista de personas con sus propias ideologías. Como en el de literatura, siempre habrá personas que hubieran nombrado a otro.
Los premios Nobel en ciencia, aunque puede haber algunos intereses ocultos, intentan ser como la misma ciencia, lo más objetivos posibles. Además, mientras que otros premiso nóbeles se otorgan por carreras, como el de literatura, en ciencia se otorga por un descubrimiento concreto. Y dicho descubrimeinto, lógicamente, está comprobado empíricamnete y contrastado. De hecho, pueden pasar muchos años desde el descubrimiento hasta la entrega del premio, tal como comenté en este post: http://www.cienciaonline.com/2010/03/11/y-murio-esperando-un-nobel/
Saludos.
Mucho gusto. Creo que…
“Los posibles universos paralelos son soluciones matemáticas a las torías de expansión del universo” ? en otro sentido (uno más crítico aún, y desde un enfoque neuro-cognitivo), esto viene a ser una especulación simbólica (las matemáticas son un lenguaje simbólico inventado por el hombre, un subproducto cognitivo, para describir y codificar los patrones y regularidades que su propia cognición identifica/atribuye a la ‘realidad’ externa), en tanto que no se sostienen en hechos verificados (ni aún verificables).
“Realmente digo creencia pero no es realmente eso” ? más bien sí: se trata de una creencia. ‘Creencia’ no debería ser (si es lo que me parece) una especie de “sinónimo” de mala epistemología, flaqueza intelectual o menos aún de creencia-religiosa (o -paranormal). La creencia, es decir cierto estado cognitivo-emocional positivo (certeza) en una circunstancia de expectativa (p.ej. ante los alcances de la matemática), es una función de tipo generalista: lo experimenta todo ser humano sano en todo momento y ante cualquier proposición gramatical asociada o no a la evidencia o a la demostración objetiva (p.ej. la certeza crediticia depende importantemente del soporte socio-emocional – lo que por supuesto aplica a la comunidad científica/aficionados a la ciencia).
(Dos “por cierto”: (1) ya no habría que dar crédito exagerado a las más grandes publicaciones científicas – según el blog Apuntes Científicos desde el MIT; (2) ser científico no necesariamente implica tener “una gran inteligencia”.)
Saludos
Bueno, antonio, creo que entendi lo que quisiste decir con que las matemáticas apesar de que podian encajar para plantear modelos teóricos que expliquen, todo este rollo de los universos paralelos se quedarian en eso en el marco teórico y geométrico, sabiendo que aun haci hay muchas discrepancias y que nose puede hacer de forma práctica, es por eso que aun no es una Teoria que puedas revivir practicamente.
Y lo que escribiste al final, eso si no entendi que tenia que ver con el tema, jaja, creo que demasiadas palabras complicadas, nose que quisiste decir con lo último, pero bueno, esta bueno el tema crean mas en los medicos, que tengan titulo de preferencia jajaja.
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Mi madre también cree realmente en la Astrología, y es una «ciencia» que acierta en todo lo referente a las personalidades, con bases de datos anteriores a la Astronomía. Pero como no creo que los planetas tengan que ver con ello, ya que están muy lejos, creo que es debido a los neutrinos del Sol, que al nacer el bebé y quedar desprotegido de la placenta, etc. los neutrinos solares afectan físicamente al cerebro haciendo mella y dando cierta forma a la personalidad. Y que cuadran con los diferentes patrones de personalidad que describe la Astrología cuando el Sol está en los famosos «cuadrantes», dando pié a la creencia de que son los planetas y no el Sol el cuasante del meollo.
Dicho de otro modo, mi conclusión es que el carácter de las personas no está formado por la influencia de los astros, sino por el barrido de neutrinos que hace la Tierra en su recorrido alrededor del Sol y afectando al cerebro en el momento del nacimiento. El Zodíaco, por otra parte, es una invención de la Astronomía, no de la Astrología.
Los neutrinos son partículas que apenas interaccionan con la materia, escapan del Sol fácilmente y llegan a la Tierra, pero al interaccionar tan poco con la materia, resulta muy complicado detectarlos. Por tanto, no interaccionan de ningún modo con nuestro cerebro y aún menos determinan nuestra personalidad.
La afirmación » los neutrinos solares afectan físicamente al cerebro haciendo mella y dando cierta forma a la personalidad» no tiene ningún fundamento científico. Es otra creencia al igual que la astrología.
Saludos.