Las patatas de Darwin y más curiosidades.

Por • 16 Dic, 2009 • Sección: Blogs y Webs, Curiosidades

Las patatas de Darwin.

El que sepa algo de física sabrá que podemos hacer hervir un líquido, el agua por ejemplo, sin que llegue a su punto de ebullición, en este caso 100ºC. Esto se puede hacer calentando agua en un lugar donde la presión sea menor que la que hay a nivel del mar, una atmósfera. Esto ocurre en lugares elevados, montañas, y los suelen sufrir los escaladores, que no pueden calentar el agua lo bastante como para cocinar los alimentos como es debido. Este principio se conoce como ley de Henry en honor al químico inglés que lo descubrió en 1803.

Unos treinta y dos años después de que Henry lo descubriera, Charles Darwin observó el fenómeno durante una expedición a los Andes. Esto es lo que escribió:

«En lugar donde dormimos el agua, a causa de la reducida presión de la atmósfera, necesariamente hervía a una temperatura más baja que en una región menos elevada…Por ello, las patatas, después de hervir durante varias horas, estaban tan duras como al principio. La olla se dejó sobre el fuego durante toda la noche, y al día siguiente se hirvió de nuevo, pero las patatas no se cocían. Descubrí esto de manera casual al oír a mis dos compañeros discutir la causa, habiendo llegado a la simple conclusión de que «la olla (que era nueva) estaba maldita y había decidido no cocer las patatas».

Este problema tiene solución. El problema de las patatas de Darwin y lo que utilizan los alpinistas hoy es la conocida olla a presión que, a pesar de que fue inventada hace más de trescientos años, la idea sólo se hizo popular en el siglo XX.

Aún huelo a cocido.

La piel, entre muchas otras cosas, nos ayuda a regular la temperatura mediante la excreción de agua por los poros de la piel en forma de sudor, incluso excreta una forma muy diluida de urea (la sustancia que orinamos). Es por ello por lo que cuando comemos algo especialmente oloroso, es probable que lo huelas durante un buen rato, pues el olor emanará también de la piel, y no sólo del aliento.

La herencia de Goodyear.

El hombre de negocios e inventor norteamericano Charles Goodyear inventó el proceso de vulcanización (proceso mediante el cual se calienta el caucho crudo en presencia de azufre, con el fin de volverlo más duro y resistente al frío) en 1839. Lo triste del caso es que Goodyear tuvo que luchar con deudas durante casi toda su vida, y aunque hacia el final recibió honores por su trabajo de parte del emperador francés Napoleón III, nunca consiguió ganar mucho dinero con su invento. La compañía Goodyear, fundada varias décadas después de su muerte, recibió su nombre, pero no tiene nada que ver con Charles o con su familia.

Fuente: El científico camuflado. Investigando los pequeños desastres cotidianos. Peter J. Bentley

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3 comentarios »

  1. hay dios no entiendo esto

  2. «El que sepa algo de física sabrá que podemos hacer hervir un líquido, el agua por ejemplo, sin que llegue a su punto de ebullición, en este caso 100ºC.»

    Esta frase está mal escrita. el que sepa algo de física sabrá que el punto de ebullición varía según la presión. Y que esos 100ºc son a presión estándar 1 atm.

  3. He dado por supuesto que era a presión atmosférica aunque, tienes razón, debería de haberlo indicado.

    Saludos.

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