Ni Guillotin inventó la guillotina ni Avogadro su número.
Por Lorenzo Hernández • 6 Jul, 2010 • Sección: Apuestas de bar, CuriosidadesReproduzco dos textos: el primero de Harold J. Morowitz, donde desvincula la guillotina al buen doctor Guillotin; y el segundo de Isaac Asimov, donde pone de manifiesto quién calculó realmente el famoso número de Avogadro. Sobre todo, este último lo utilizamos con mucha ligereza los profesores de Química, casi nunca indicando que, aunque la idea inicial fue de Avogadro, no fue éste el que calculó su valor.
La guillotina y el doctor Guillotin.
Guillotin fue medico, político y humanista. Nacido en Santes en 1739, estudió medicina y se convirtió en uno de los médicos más distinguidos de la Francia deciochesca. Tras la toma de la Bastilla, Guillotin fue elegido miembro de la Asamblea Nacional y el 1 de diciembre de 1789 ofreció una resolución formal sobre la pena capital. Propuso que todas las ejecuciones pendientes, de nobles y plebeyos, fueran por decapitación mecánica. Esta legislación era clemente desde varios puntos de vista.
Antes de la Revolución, la decapitación era un privilegio de la nobleza, mientras que al vulgo se le ahorcaba. Además, las ejecuciones corrían a cargo de un verdugo que blandía una gran hacha, a menudo con poca habilidad, de manera que el uso de una máquina uniformizaba el procedimiento y lo hacía más limpio. No cabe duda de que las sugerencias del doctor Guillotin tenían una intención igualitaria y humanitaria. Los antecedentes de la decapitación mecánica se remontaban al siglo XIII, cuando en el sur de Italia se usaba un dispositivo llamado Mannai para ejecutar a los nobles. En la Alemania medieval hubo una serie de máquinas decapitadotas conocidas como Diele, Hobel y Dolalora. También hay una máquina de esta clase en el Museo de Antigüedades de Edimburgo, que se usó entre 1581 y 1685. Un modelo similar se usaba en Toulouse en 1632.
Así pues, el doctor Guillotin no fue en absoluto el inventor de la decapitación mecánica. Su propuesta se hizo ley el 6 de octubre de 1791. Guillotin tampoco contruyó al máquina decapitadota que lleva su nombre. Parece ser que se inventó en Alemania y se probó con cadáveres humanos u ovejas vivas. La primera referencia del aparato como «la guitonina» aparece en el número de abril de 1792 del Journal des Revolution de Paris et de Brabant, publicada por Camille Desmoulins.
Durante el Terror, Guillotin fue arrestado. Se libró de la decapitación, pero no de la carcel. La máquina que lleva el nombre del doctor Guillotin estuvo en uso hasta 1977, año en que se abolió la pena de muerte en Francia. Pero el nombre del buen doctor pervive en el sustantivo «guillotina» y en el verbo «guillotinar», dos recordatorios sangrientos de un hombre cuyas motivaciones fueron la justicia y la compasión hacia el condenado.
El número de Avogadro.
En 1811, un físico italiano llamado Amadeo Avogadro, en tiempos en que la teoría atómica acababa de ser propuesta y comenzaba a penetrar en las conciencias químicas, enunció la «hipótesis de Avogadro». Pareció en aquella época desprovisto de fundamento sólido y quedó generalmente ignorado. Pasaron cincuenta años antes de que se apreciaran su mérito y utilidad, y, como podéis suponer, Avogadro murió algunos años antes de poder verse vindicado. Una pregunta inmediata es cuánto vale N. Cuántas moléculas hay en un mol de cualquier sustancia. Evidentemente un número muy grande, dado lo pequeñas que son las moléculas; pero eso era todo lo que se sabía al principio. Avogadro en sus tiempos no tenía la menor idea del valor exacto de N, ni ningún otro tampoco.
Hasta 1865 no obtuvo el físico alemán J. Loschmidt el primer valor aceptable, siguiendo un camino teórico. Desde entonces se han utilizado una docena, por lo menos, de métodos diferentes, y todos dan prácticamente el mismo resultado. El número de moléculas por mol de sustancia, llamado por cierto «número de Avogadro», resulta ser, según el valor oficial adoptado en 1963, 6,02252 x 1023. Si lo queréis escrito del todo, tenéis que poner: 602.252.000.000.000.000.000.000, es decir, 602.252 trillones. Del número de Avogadro podemos deducir la verdadera masa de una molécula, dividiendo por él el peso molecular. Así, pues, si 32 gramos de oxígeno contienen 602.252 x 1018 moléculas, cada molécula de oxígeno tendrá una masa de 32/602.252 X 1018 o sea unos 5,31 x 10-23 gramos (0,000.000.000.000.000.000.000.053.1 gramos).
Podrá pareceros injusto que se le dé el nombre de Avogadro a un número que él no evaluó; a mí no, porque él fue quien dio el salto mental decisivo a este respecto. Pero si encontráis insoportable esa aparente injusticia, tranquilizaos. Loschmidt, el primero que calculó el número de Avogadro, recibe también los debidos honores. El número de moléculas por cm3 de gas a P T N se llama «número de Loschmidt».
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[…] decir, que Avogadro no calculó este número, sino que lleva su nombre en su honor (ver este enlace). El primero que lo calculó fue el físico alemán J. Loschmidt, quien en 1865 obtuvo el primer […]