Fueguitos de 100 vatios.

Por • 30 Mar, 2010 • Sección: Hablar de Ciencia

Dice Eduardo Galeano al principio de «El libro de los abrazos«:

El mundo.

Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo.

A la vuelta contó. Dijo que había contemplado desde arriba, la vida humana.

Y dijo que somos un mar de fueguitos.

-El mundo es eso -reveló- un montón de gente, un mar de fueguitos.

Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás.

No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tanta pasión que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca se enciende.

Y no le faltaba razón a este hombre. Precisamente somos pequeños fueguitos que brillan como una bombilla de 100 vatios, quemando energía al mismo ritmo que una bombilla de 100 vatios.

Desde el 1 de septiembre de 2009 no se pueden distribuir bombillas de más de 100 vatios. En 2010 desaparecerán las más de 75 y todos los tipos en 2012 (elpaís.com).

Pero aunque retiremos todas las bombillas de 100 vatios aún quedarán unas 6700 millones en todo el mundo, igual al número de habitantes en la Tierra.

Un ciudadano típico no obeso consume unas 2000 calorías al día. Para convertir la cifra en julios se multiplica aproximadamente por 4200.

1 caloría química equivale a 4.18 Julios. Pero estamos hablando de calorías alimenticias, y una caloría alimenticia equivale a mil calorías químicas (ver caloría química y caloría alimenticia). Por lo que una caloría alimenticia equivale a 4180 julios o, aproximando, unos 4200).

Así pues, una persona delgada consume, de promedio, ¡unos 8400000 (8.4 millones) de julios en comida al día! En un día hay 24 horas de 60 minutos y cada uno de éstos tiene 60 segundos, lo que da un total de 84600 segundos por día. Por lo tanto, una persona típica consume energía y la quema a una tasa media de 8400000/86400 = 97 vatios. Es decir que, cada uno de nosotros, como ser vivo, activo y metabólico, equivale a una bombilla de 100 vatios en lo que a consumo de potencia se refiere.

Lo que es triste es que de estas bombillas, estos fueguitos, se vayan apagando, no por muerte natural sino porque no consumen suficiente energía para seguir brillando e iluminando a aquéllos que le rodean.

Otros mientras tanto consumimos mucha más energía que la necesaria para vivir. En los hogares estadounidenses se consume en torno a 3000 vatios (3000 julios por segundo) en iluminación, calefacción, aire acondicionado, frigorífico, televisión, ordenador, etc. Y 10000 vatios por persona si incluimos automóviles, camiones, aviones, factorías, pérdidas energéticas por distribución, iluminación de edificios, maquinaria de guerra, etc.

Fuente: La Simetría y la Belleza del Universo. Leon M. Lederman y Christopher T. Hill.

El libro de los abrazos. Eduardo Galeano.

Imagen: ponuncuentoentuvida.blogspot.com

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