Paseando a la velocidad de la brisa.
Por Lorenzo Hernández • 30 Jul, 2015 • Sección: Ciencia cotidiana, CuriosidadesAyer por la tarde disfruté de un agradable paseo por uno de los tantos paseos marítimos repartidos por las costas españolas. Entre otras cosas, lo hacía agradable una leve brisa «fresca» (este verano hay que entrecomillar esta palabra) proveniente del mar. Cuando llevábamos unos minutos andando dijo uno de los que me acompañaban:
¡Uf, si es que no corre nada, ya ni hace brisa!
Era cierto, daba la sensación de que esa agradable brisa que venía del mar se había terminado. Lo primero que hice fue mirar al mar para ver el sentido de las olas y efectivamente se movían en el sentido en que soplaba la brisa. Posteriormente me paré y noté como dicha brisa me alcanzaba por la coronilla. Enseguida comenté:
«No es que se haya parado, es que vamos andando a la velocidad de la brisa».
Con un poco de asombro a mi comentario se pararon mis acompañantes y pudieron comprobar lo que dije.
Hubiera sido un buen momento para hablar de la relatividad del movimiento pero quería que el paseo siguiera siendo agradable, así que me guardo el ejemplo para mis pobres alumnos :).
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