La sinfonía de los planetas: «es lo que era.»
Por Lorenzo Hernández • 15 Sep, 2007 • Sección: Arte y Ciencia, MúsicaParece que intentar hacer analogías con descubrimientos científicos y la música del universo (el que se conocía en cada momento) ha sido una tarea que han realizado científicos y músicos a lo largo de la historia.
Para los seguidores de Pitágoras, el cual descubrió las proporciones de los principales intervalos de la escala musical, las distancias entre los planetas -las esferas- tenían las mismas proporciones que existían entre los sonidos de la escala musical. Para Platón, el mundo era concebido como un gran animal dotado de un alma propia. En el Timeo, uno de sus diálogos, afirma que el alma del mundo se había hecho de acuerdo a las proporciones musicales descubiertas por Pitágoras.
Kepler, siguiendo la tradición de los filósofos pitagóricos, pensaba que sus leyes debían expresar la armonía musical del cosmos. Estudió cuidadosamente las órbitas de los planetas para establecer una relación entre el movimiento de estos cuerpos celestes con la teoría musical. En su libro Harmonices Mundi, planteó que las velocidades angulares de cada planeta producían sonidos consonantes. Según esta analogía neoplatónica los tonos correspondientes a la Tierra eran las notas fa y mi. De hecho, a la tercera ley se le conoce también bajo el nombre de la ley armónica. Asumida esta creencia, escribió seis melodías: cada una correspondía a un planeta diferente. Representó la velocidad angular de cada planeta en un pentagrama musical. Kepler escribió:
«El movimiento celeste no es otra cosa que una continua canción para varias voces, para ser percibida por el intelecto, no por el oído; una música que, a través de sus discordantes tensiones, a través de sus síncopas y cadencias, progresa hacia cierta predesignada cadencia para seis voces, y mientras tanto deja sus marcas en el inmensurable flujo del tiempo.»
A finales del XIX, los físicos descubren que los rayos de emisión que se producen de una des-excitación del átomo se expresan mediante una fórmula única compuesta de números enteros, similares a los intervalos musicales.
En el s.XX el satélite TRACE (Transition Region and Coronal Explorer) de la NASA descubrió que la atmósfera del sol emite realmente sonidos ultrasónicos e interpreta un melodía formada por ondas que son unas 300 veces mas graves que los tonos que pueda captar el oído humano. Además, una de las más recientes teorías físicas, la teoría de cuerdas, describe a las partículas elementales no como corpúsculos, sino como vibraciones de minúsculas cuerdas, consideradas entidades geométricas de una dimensión. Sus vibraciones se fundan en simetrías matemáticas particulares.
Hubo un músico que dedicó una composición a los planetas. En su suite orquestal “Los planetas” (1916), su obra más conocida, cada movimiento describe las características que la astrología griega daba a cada uno de los planetas. Holst planeó su obra como una suite en siete movimientos cada uno de los cuales corresponde a un planeta: Marte el Portador de la Guerra, Venus el Portador de la Paz, Mercurio el Mensajero Alado, Júpiter el Portador del Regocijo, Saturno el Portador de la Edad Antigua, Urano el Mágico, y Neptuno el Místico. ¿Qué pasa con Plutón? ¿Es que le tenía manía? Pues no, es que Plutón no se descubrió hasta 1930. En el año 2000 un compositor llamado Colin Matthews decidió cambiar el final de «Neptuno el Místico» para acoplarlo con un nuevo octavo movimiento de su entera invención, llamado «Plutón el Renovador». El afán renovador duró cinco años, porque en 2006, como todos sabéis, el concepto de “planeta” fue redefinido, y el Sistema Solar quedó con ocho, precisamente aquellos que (sin incluir a la Tierra) incluía la obra de Holst que entre 1930 y 2006 (o sea 76 años) estuvo desactualizada por la inclusión de Plutón, pero que ahora «vuelve a ser lo que era”.

La sinfonía de los planetas: “es lo que era.”
“El movimiento celeste no es otra cosa que una continua canción para varias voces, para ser percibida por el intelecto, no por el oído; una música que, a través de sus discordantes tensiones, a través de sus síncopas y cadencias, progresa hacia…
Em sembla molt correcte tot aquest text ja que aquest home és mort, però va disfruta al màxim la seva vida, la va aprufitar i sobretot la va apraciar i valorar. Era un home segur que molt simpàtic. M’agradaria que estiques iu o pugués sentir com encara temps després de la seva mort la seva vida i les seves cançons i sinfonies segueixen sent una cosa que la gent coneix i disfruta més que res. Li voldria dir si fos viu que va ser un home que s’intantarà recordar en l’història de la humanitat. Gràcies per llegir aquest comentari!!!! Adéu.
eso no tiene sentido , para empezar el sonido lo produce la vibracion del aire y en el espacio no hay
todo lo demas son interpretaciones