La paradoja de la variabilidad.
Por Lorenzo Hernández • 29 Jul, 2007 • Sección: El año de Darwin, Hablar de Ciencia, ParadojasTodos somos distintos. Tanto genéticamente como en nuestro comportamiento. El cerebro de cada humano es diferente al de otro y por tanto tiene una capacidad y unas aspiraciones distintas. Es decir, en nuestra sociedad existe la variabilidad. Y esto es porque la evolución nos ha proporcionado el único, más variable y más maravillosos de los órganos en la historia de nuestro planeta, el cerebro.
Esto nos lleva a una paradoja. La evolución nos proporciona el cerebro, por lo que existe la variabilidad, pero a la vez la sociedad (creada por los cerebros humanos), para protegerse de sí misma, ha de prohibir esa misma variabilidad y obligar a todos a adoptar una conducta común que no todos están preparados para aceptar debido a su herencia genética.
Resulta algo sorprendente que la variación de las conductas que la sociedad no tolera se expresa hasta la exaltación en el mundo del arte, a menudo perviviendo a través de él. Hay muchos ejemplos de ello y bastará con hacer referencia a tres que son relativamente conocidos: El Phèdre de Racine; el Don Giovanni de Mozart (y de Lorenzo Da Ponte) y el Vautrin de Balzac.
Phèdre se enamora inevitablemente y apasionadamente de su hijo adoptivo y cae en una relación condenada, de la que ella es plenamente consciente aunque se muestra incapaz de seguir los dictados de la razón a causa de su constitución mental. En Don Giovabnni, Mozart (y Da Ponte) creó un personaje al que muchos hoy en día clasificarían sin duda de violador. Balzac en, la que es su creación más prodigiosa, Vautrin, crea un cínico asesino que exhibe un deseo inflexible de dominar una sociedad en la cual desprecia y cuya debilidad moral ha conseguido identificar.
Todos ellos son personajes que muchos encontrarían revulsivos si existieran en la vida real. Sin embrago, la raíz y el origen de la desviación que les caracteriza respecto a la norma impuesta ha de buscarse en la variabilidad, que es además fuente para la evolución de los cerebros y desarrollo de los potenciales.
Fuente: “Esplendores y miserias del cerebro” Semir Zeki. Ciencia y sociedad : «nuevos enigmas científicos»